“TIERRAS LEJANAS” es, de los westerns Mann-Stewart, el más didáctico. Stewart interpreta a Jeff Webster, un hombre que se ha impuesto ser un solitario por causa de una mujer en su pasado. Una soledad de la que sólo le redime el viejo Ben, al que cuida haciéndole sentir que es a la inversa. Según Jeff, tan sólo se necesitan a ellos dos, pero la carga de cinismo que parece arrastrar el personaje no es sólida, es excesivamente esquemática haciéndose obvia en momentos como cuando Jeff pregunta ante los problemas de ls mineros “¿Por qué hay que ayudar?” Parece más una simple tábula rasa que sirva de contrapunto para que el gran guionista Borden Chase pueda ejecutar un canto al pionerismo y la solidaridad que sirve de base a éste. Canto que sólo se ve frenado porque la venganza de Jeff es un acto personal y no una causa común previamente establecida con todo el pueblo de Dawson, el cual, eso sí, rescata a Webster al final de una muerte segura en manos de los hombres de Gannon. Esta vocacionalidad del guión parece haber recortado la concepción visual manniana, siendo visualmente
“TIERRAS LEJANAS” no precisamente el más brillante de sus western, exceptuando inspirados momentos como el del asesinato de un secundario en el que los jinetes de Gannon, en un único plano, parecen surgir del paisaje en el que su futura víctima está en primer término del encuadre.
Es interesante también comparar las presentaciones de Jeff Webster en
“TIERRAS LEJANAS” y de Howard Kemp en
“COLORADO JIM” de quienes, a diferencia de los protagonistas de
“WINCHESTER 73" y
“HORIZONTES LEJANOS” , lo primero que conocemos es su lado violento. En
"TIERRAS LEJANAS” , cuando vemos por primera vez a Jeff Webster, éste llega con su manada y dos cowboys al puerto de Seattle. Desmontan. Sólo Webster va armado. De sus alforjas saca dos revólveres y se los entrega a sus hombres diciendo: “Bueno, habéis estado esperando 500 millas. Usadlas ahora”. Y se dispone a hacerles frente. Webster y Kemp son personajes proclives a la violencia y ambos con problemas en su pasado por causa de una mujer.
Otro elemento peculiar es el recargado sentido del humor negro en los diálogos y situaciones: Gannon, vestido de chaqué oscuro (como el Diablo de Lubistch en
“HEAVEN CAN WAIT” e igual de simpático con su contrincante), hablando de la dignidad de una ejecución, eclipsada por la estampida que Jeff ha provocado para huír con su manada. O el comentario que un carcelero le hace al doctor del pueblo, encerrado en la misma celda que Webster por haber tenido que amputar una mano a un hombre que, desafortunadamente, resultó se el pianista del salón. O Roman en el barco, invitándole a Jeff a ocultarse en la hamaca de su camarote , a lo que éste sólo puede responder: “¿con las espuelas?” . Una situación, por cierto, extremadamente similar a la interpretada por Cary Grant y Eve-Marie Saint en el compartimento del tren de
“CON LA MUERTE EN LOS TALONES” , así como Roman tampoco está lejos del papel que interpretará un año más tarde bajo la dirección de Tourneur en
“GREAT DAY IN THE MORNING” .