De acuerdo a medias con Kurna, yo le veo a esta película 2 partes diferenciadas.(y es mi opinión fruto de varios visionados)
Destripamiento: (Pulse y arrastre sobre el recuadro si desea leer el texto.)
La primera, reflejando lo absurdo de la guerra, mostrándola como una chapuza integral, primero con unos mandos ¿ineptos? que ponen a un oficial cláramente desequilibrado (Willard), (que empieza la película con sus facultades mentales ya seriamente afectadas, automutilándose en la habitación del hotelucho de mala muerte durante su permiso) al mando de una operación cláramente sensible: la eliminación de un compatriota, de un superior jerarquico, apoyándolo con una pandilla de reclutas novatos,sin experiencia la mayoría de ellos, mandándolos a una muerte más que segura.
Continua con el despropósito de otro oficial de la Cavallería que está tan loco como Custer, un lunático obsesionado con la ridiculez del surf, enamorado de las olas y del Napalm, que suelta perlas como la ya consabida frase sobre su olor y que se exclama admirado de las olas mientras sus chicos son masacrados y que demuestra la hipocresía de la guerra, cuando en el poblado arrasado se pelea para que le den agua a un moribundo y a un niño pequeño en el otro poblado lo evacuen en helicóptero. Otro detalle de ese ridículo es el sacerdote impartiendo los santos sacramentos en medio de todo esa destrucción y caos, como se hacía en las cruzadas.
Continua con otro absurdo, el show de las conejitas del Playboy, con miss portada del mes de nosequé, en medio de esa jungla repleta de soldados hartos de guerra, de oficiales y de drogas de toda clase. El absurdo no es el show en cuestión, que era bastante normal en tiempos de guerra desde la 2ª, es ese baile de las chicas, ese baile erótico, todo ello mezclado con la parafernalia militar (el Huey con sus aspas en rotación lenta y el fusil de asalto M16 usado para "cabalgar" sobre él como símbolo sexual) mientras los nativos fuera de la base lo observan y no entienden nada.
La segunda parte comienza después del show y es mucho más inquietante.A medida de que la distancia entre Willard y Kurtz se acorta, el primero va admirando cada vez más a su futura presa, un oficial brillante, a la llegada al fortín abandonado, desolado como la Luna donde la cadena del mando ha desaparecido las cosas van adquiriendo cariz más sicodélico, tétrico y también morboso. Allí "Cheff" hace posar a la playmate como la portada de sus sueños en medio de esa lluvia incesante mientras otro maquilla a otra alucinada y drogada muchacha con pinturas de camuflaje. El largo episodio de los franceses, (otros grandes perdedores que tuvieron que salir como los americanos del continente después de humillantes derrotas), una absoluta genialidad por entero, empieza con una especie de estado de apatía de los personajes, un estado de abatimiento interno,de derrota muy posible que transmite al espectador. La historia continua en círculo etérnamente, antes fueron los franceses y ahora son los americanos los protagonistas del drama.
Es un interludio muy esclarecedor que sirve para relajar un poco la tensión.
Desde ese momento la locura va in crescendo, más aún de lo que estaba haciendo, acrecentada por las drogas; a medida que van acercándose al final del viaje la locura aumenta y las escenas y la música lo van subrayando más y más. Ves aparatos de alta tecnología colgando hechos jirones de árboles en plena selva y a nativos atacando la lancha con flechas y lanzas de la Edad de Piedra. Es como si al mismo tiempo estuviesemos retrocediendo en los estadios primitivos del Hombre, donde ya la tecnología es un artilugio inútil. La civilización cada vez queda más lejos.
Cuando Willard encuentra por fin a su ansiado objetivo, su mentalidad ha cambiado, amén de que los tratamientos a los que es sometido acaban por romperle la poca cordura y resistencia que le queda. Kurtz le enseña la verdadera dimensión de la locura de la guerra mientras le lee el artículo de la revista y le muestra la hipocresía de su cúpula militar y su gobierno, no van a ganar esa guerra porque el enemigo tiene la voluntad ferrea de echarlos de allí, aunque para ello tenga que dejar sin brazos a todos los niños del país:"No tiene derecho a juzgarme, tiene derecho a matarme, pero no a juzgarme" y "Juzgar es lo que nos derrota". La última parte de la locura es el ejército regular de Kurtz, que le rinde culto como un dios. Un tipo que está roto por todas las fibras de su ser, convertido en una divinidad decadente, mientras su ejército regular hace sacrificios religiosos de animales como hace 10.000 años.
Por eso Willard hace su trabajo, pero opino que en parte no por cumplir con las órdenes del alto mando, sino por compasión , para librar a su objetivo de la penosa carga de seguir viviendo. Un hombre que ha cortado sus últimos lazos que le unen a su antiguo mundo, debido a todo lo visto, sufrido y ordenado hacer. De todas maneras no se puede dejar escapar que su forma de hacerlo es fruto de la locura (su forma de matarlo es inhumana y brutal).
El final me parece una ironía muy acertada: de la dotación inicial de la lancha sobreviven los dos miembros más desequilibrados: el muchacho que ha perdido el don del habla (como si de una alegoría se tratara y hubiese retrocedido a un estadio primitivo del hombre antes de inventar el lenguaje) y Willard, que no creo que pueda jamás integrarse en ninguna sociedad civilizada, e incluso dudo que pueda seguir viviendo mucho tiempo más sin quitarse la vida. En definitiva sobreviven no los más cuerdos y estables, si no los más inadaptados a la civilización.
Para mí, una obra maestra absoluta, no sólo ya sobre la guerra de Vietnam, sino también sobre la locura y el alma humana y los remordimientos, sobre el abismo que poseen en su interior gente que gobierna y dirige los destinos de otros. Esta película es un progresivo descenso de una mente humana al abismo, a la negrura de su espíritu animal.
De los actores, no voy a añadir nada nuevo: magistrales. Puestos al límite la mayor parte del tiempo. De la dirección tampoco nada nuevo, no hay mucho que añadir sobre Coppola que no se haya dicho antes. Aquí llega a la genialidad absoluta.
No puedo darle menos de un 10. Obra maestra absoluta.